20 may 2009

Hay que celebrar la Vida


La visión es una bendición muy poderosa y ahora él se encontraba finalmente en el cuarto de los oráculos de Esper, sólo aquí podrá ver el flujo del tiempo que ha sido, es y será, el viaje lo ha hecho solo durante todo este tiempo y al fin está aquí.

Un día se alejó solo en la oscuridad y la lluvia porque deseaba las respuestas, no podía quedarse con aquellos que había amado y odiado ya que su búsqueda era de vital importancia, las imágenes estaban inmortalizadas en su corazón desde hace tanto tiempo que no podía ignorarlas ahora que ya podía distinguirlas claramente.

Perdí el velo que cubría mis ojos –recordó mientras caminaba por la sala de Esper- esa noche en la cual inicie mi camino solitario, pero en el fondo de mi sabía que mi deseo por las respuestas no era por el poder mismo que me darían, era algo más sencillo y profundo, es tan secreto mi verdadero deseo que nadie imagina para que necesito tanto poder si parece tan fácil lo que quiero.

Dentro del cuarto de oráculos de Esper sus pies pisaron con mayor firmeza y gallardía, entonces el mundo se convirtió en un suspiro y el tiempo se detuvo tan pronto observo el espejo, todo paso frente a sus ojos, su mente absorbía con celeridad eones de historia, memorias y sueños y su cuerpo se estremeció con la violencia de aquel que es alcanzado por un poderoso rayo y ensordecido por el trueno…

-Cariño, hay un día hermoso y nos merecemos un pequeño descanso, vamos al jardín a comer algo rico-

Era su propia voz diciendo palabras que hasta ahora sólo habían sido sueños, luego sus pensamientos se callaban y nuevamente su voz le hablaba con poderío…

-"Ahora ya te conozco, larga vida al rey."-

Su pasado le gritaba con la fuerza primordial de las esferas y finalmente entendía donde empezó todo el camino y entonces contemplo lo que seguía, ese camino extraña que tanto tiempo buscó ahora estaba frente a él, perfectamente definido y tan terrible que hizo un enorme esfuerzo para que su mente no lo borrara por haberle contemplado. Él cerró los ojos con todas sus fuerzas y las imágenes se grabaron con fuego en su memoria, su visión interna había funcionado de nuevo…

Los guardianes de Esper entraron al cuarto tan pronto vieron el resplandor que escapaba por las ventanas y puertas y lo vieron, de pie con los puños cerrados y la mirada profunda y distante y lo oyeron susurrar mientras se acercaban:

-“Al final, la pude ver en su totalidad y me quede prendado de ella.”-

Los guardias sacaron la espadas y su brillo sustituyo al de la epifanía que él había alcanzado, se acercaron rápidamente para someter al intruso y luego su cuerpo se empezó a hacer traslucido, finalmente los había visto, pero no deseaba dañarlos. Los guardias lo oyeron decir:

-“¡Eä! ¡las cosas que son! ¡las cosas que deben ser!”-

Pero nadie en la sala entendió el significado de esas palabras, sus pies se desvanecieron y no se podía ver como se sostenía, luego su cuerpo se difumino como la niebla a los rayos del sol, el levanto las manos y libero el poder contenido en sus puños y el resto de su cuerpo se desdibujo en el aire quedando flotando en la sala unos ojos penetrantes y profundos y una sonrisa que grito triunfal:

-¡Hay que celebrar la vida!, ¡hay que honrar a Santa Sofía!”-

Eso fue todo, él no sólo partió del cuarto, había partido del mismo plano de existencia y del tiempo en el que estaba encerrado, ya tenía la llave para ir y venir y ahora sabía a donde ir…

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